miércoles, 18 de diciembre de 2013
21. Caracteres propios del arte romano.
Sería un error creer que el arte romano es una imitación, ni tampoco una prolongación del griego. Muchos artistas griegos, que trabajan en Roma no se encuentran en la misma situación social, sus motivaciones son distintas y por eso, el arte será otro. Vemos aparecer ya en el siglo I a.C. un arte romano genuino. Sin embargo, surge un problema cuando se producen importaciones masivas de arte griego no podían hacerse de arquitecturas completas, tales como columnas o pedestales. Tampoco pueden importarse pinturas ya que suelen ser frescos, sobre el propio muro. La organización de la ciudad, tanto social, como religiosamente, exige nuevos planteamientos constructivos desconocidos por los griegos. Y ésto explica en gran parte la poca dependencia de los romanos en los griegos. Para el hombre latino, la familia aparece como algo fundamental para la sociedad, y por ello, se tendrá un gran cuidado y atención a la casa. Puesto que las pinturas romanas se encuentran principalmente en los recintos domésticos. La escultura, en el estilo latino conjuga los interiores con los exteriores sin aparente problema, entendió que la pintura es únicamente de interior y la escultura de exterior, así no es algo privado, sino comunitario. Pero existe una excepción, se trata del retrato. La tradición etrusca por representar vivamente a los muertos se conservó a través de las mascarillas de cera que los romanos guardaban de sus antepasados. El interés por el realismo es la mayor singularidad que representa el arte romano frente al griego.
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