La rápida expansión del Islam por el territorio peninsular fue facilitada por la debilidad de las comunidades hispanogodas, ésto, permitió el alcance de las tierras francesas, donde, fueron finalmente frenados en la célebre batalla de Poitiers. El arte y cultura mozárabes son el resultado de la fructífera relación establecida, por el proceso de islamización. En sentido estricto, mozárabes eran los cristianos que vivían en territorio musulmán, pero en un sentido más amplio, también son mozárabes los cristianos que abandonaban los territorios de dominio musulmán y marchan a poblar tierras de los reyes cristianos, movidos en uno u otro caso por el deseo de escapar de las persecuciones religiosas o esperanzados en las promesas reales.
Las realizaciones artísticas cuajadas fuera de Al-Andalus y en las que, si la huella visigoda es fácilmente reconocible, la incorporación de elementos árabes es mucho más patente y definitoria. El elemento arquitectónico más característico es el arco de herradura, más cerrado que el visigodo y que se enmarca con un alfiz según gusto musulmán. Los tipos de bóvedas más empleados son la de nervios y la gallonada. Son muy característicos los modillones de rollos sustentantes y cornisas que protegen los muros. Las iglesias suelen ser de tamaño reducido, lo que no impide que los edificios tengan estructuras complicadas dentro de una gran variedad de plantas. Los muros son gruesos y en ellos, se utilizan todo tipo de materiales (ladrillo, mampostería, sillares) aparejados de las formas más diversas.
En tierras de León se halla la obra más sobresaliente de la arquitectura mozárabe, la iglesia de San Miguel de Escalada (que podemos apreciar en la imagen).
Solo cuando el ímpetu del románico traduce la afirmación de la tradición cristiano-occidental, el mozarabismo comenzará en su decadencia. En Castilla se han conservado diversos restos, pero las pérdidas sufridas en las temidas incursiones de Almanzor fueron cuantiosas. Aparecen algunas de las contadas muestras de escultura mozárabe, reducida a capiteles, canceles y algún relieve. Y poseen un valor inestimable en la evolución que llevará al románico. San Baudelio de Berlanga testimonia con sus modillones, bóvedas nervadas y otras detalles de influjo cordobés. Tiene una curiosa planta cuadrada en cuyo centro arranca una columna de la que parten arcos de herradura que soportan la bóveda y que van a terminar sobre el muro.
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