martes, 11 de marzo de 2014

34. El arte caroligio.

Carlomagno se decidió a conquistar Pavía y proclamarse rey de los lombardos. Dicha conquista iba a tener repercusiones artísticas, pues los afamados arquitectos lombardos pondrían su técnica (dominaban la construcción de bóvedas) y su arte (las decorativas fajas de arcos ciegos) al servicio de la corte caroligia. Como factores de cohesión el imperio contaba con una firme estructura administrativa, el ejército, la alianza con la iglesia, las finanzas y con algunos elementos culturales como la escritura y la lengua. El reinado de Carlomagno significó el momento de mayor equilibrio entre esos factores, por lo que logró inaugurar un período de esplendor político y también cultural. Precisamente el arte caroligio se verá impulsado por el contacto con los dos focos que mantenían vivo el legado clásico: Roma y Oriente. El caroligio es un arte cortesano y eclesiástico, pues Carlomagno sueña con un imperio bendecido por Roma. Las primeras basílicas construidas por el emperador sólo se pueden conocer por medio de excavaciones o fuentes literarias. No muchos son los restos de la arquitectura caroligia que han llegado a nuestros días. En los templos predominaba la planta basilical aunque los hay de plano central. El crucero aparece más destacado que en las construcciones anteriores. Las cubiertas generalmente de madera se apoyan en soportes cruciformes tanto como en columnas y pilares. Los deambulatorios se van abriendo paso por detrás del altar. El ábside cobra gran importancia. La capilla del Palacio de Carlomagno, es un edificio de plano central inscrito en un polígono de dieciséis lados. Sus pilares sostienen una tribuna o galería reservada al emperador y su corte. La de Saint Germigny-des-Prés, de origen hispano-visigodo, lo que explicaría las peculiaridades que presenta este templo, como los arcos y ábsides en forma de herradura.

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