La ocupación de Bagdad por los turcos selyúcitas tendrá consecuencias importantes para el arte islámico. En relación con el trazado arquitectónico de las mezquitas, los selyúcidas, aunque mantienen el tradicional esquema de la mezquita omaya, introducen una evolución notable al fijar el modelo de las madrazas, sedes de las escuelas teológicas coránicas. Adoptan planta de cruz, disponiéndose en torno a un patio central con aljibe, al que se asoman las dependencias en forma de iwanes. Se añaden la biblioteca, celdas de los estudiantes, cocinas, baños, etc. y con frecuencia incluyen una pequeña mezquita, que es la sala donde se imparten las enseñanzas. La mezquita de Isphahan (que se aprecia en la fotografía) constituye el modelo más característico.
También en los monumentos funerarios se va imponiendo un tipo simple de edificio cuadrado cubierto por una gran cúpula, con forma bulbosa y con gran decoración externa, con profusión de cerámica esmaltada. El influjo constantinopolitano será constante en la construcción de mezquitas.
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