La escultura sumeria tiene siempre un contenido religioso, la asiria asume una función política de propaganda y de exaltación mayestática de los reyes caudillos. En las ciudades-templo de Summer la fe en los dioses protectores impregna las estatuillas votivas que los devotos ofrendaban. Una deliciosa ingenuidad en las esculturas orantes a las esculturas orantes en las esculturas arcaicas: manos cruzadas ante el pecho en posición imperatoria, cabeza enorme en relación con el cuerpo, dificultad para doblar los codos o rodillas, ojos coloreados con un círculo intenso, y sobre todo, quietud absoluta.
Cuando Summer es conquistada por los acadios, aparece en el arte del Sur un nuevo género, la estela, bloque de contorno irregular en el que se graba algún texto bajo un relieve.
Los rasgos de las estatuillas votivas arcaicas se mantienen en el período denominado "neosumerio". Otra vez encontramos el canon corto, las manos cruzadas, las formas geométricas en las telas, el estatismo imperturbable, pero ya en las mejillas, labios y barbilla se percibe un modelado y en el rostro una expresión de dulzura que se mantendrán durante todo el período babilónico.
La finalidad del arte asirio es la glorificación del soberano. Pueblo guerrero y violento introduce en los retratos una expresión solemne y deshumanizada y símbolos de dominio o de opresión, la fusta, un garfio...
La cumbre del arte asirio se encuentra en los relieves, sus recursos más utilizados de técnicas son: rigidez y movimiento, realismo y fantasía. En los palacios de Nínive, hay frisos continuos en los muros(hoy en el Museo Británico), plasman escenas de caza y de guerra. Murallas, «carros de combate», vegetación, ríos con peces en los que bucean soldados que respiran en vejigas, componen el escenario en el que se desenvuelven los asaltos a ciudades enemigas o las lentas procesiones de los pueblos vencidos. El palacio de Asurbanipal es donde este arte vivaz, alcanza su mayor expresividad.
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