martes, 5 de noviembre de 2013

11. Un antecedente: El arte cretomicénico.

En el curso del segundo milenio antes de Cristo, mientras Europa vive en la Edad del Bronce, Creta, por su situación privilegiada en un mar de rutas comerciales, es el solar de una cultura que sirve de inspiración para otras zonas continentales. En sus pequeños palacios, las pinturas al fresco, combinadas con bajorrelieves de estuco, reflejan los temas de la vida diaria. En ellos los pinturas áulicos muestran su amor a la naturaleza y un sentido del movimiento del que carecía la pintura egipcia. Los artistas cretenses rompieron las ataduras foráneas para inspirarse en las bellezas de su propio paisaje. Los palacios son de arquitectura compleja, basada en bloques aislados, no obstante ofrecen algún elemento común: un patio rectangular, grandes escaleras de acceso a los pisos superiores, tragaluces, carácter arquitrabado. En escultura existe un vacío hasta el Minoico medio, a partir del cual se cultivaron industrialmente estatuillas de la diosa domadora de serpientes, hombres desnudos, damas de falda acampanada y algunas tallas de marfil. Otras obras importantes son grandes puertas como la de los leones y un tipo interesante de tumbas, las de corredor, que desemboca en un camarín y una amplia cámara cubierta por falsa cúpula.

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